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El autor es Francisco López Pérez, alcalareño nacido en la casa de vecinos del antiguo número 100 de la calle Bailén. Los primeros pasos, las primeras palabras y las primeras ideas tuvieron para él un escenario muy particular: la aldea de Gandul. Quiso ser cura, se hizo maestro y acabó licenciado en Historia por la Hispalense de Sevilla, sin dejar en ningún momento la escuela. Ha llegado a la jubilación manteniendo la costumbre de aprender de todo aquel con el que emprenda una conversación ya sea maestro, alumno, amigo, vecino o forastero.
Las ilustraciones han sido realizadas por el pintor alcalareño Miguel Ángel Márquez Pérez. Estudió en Escuela de Artes Aplicadas y Oficios de Sevilla. Su incorporación al mundo laboral tuvo lugar en el taller de cerámica de Alejandro Rivera, en Sevilla. Más tarde pasó al taller de cerámica del trianero Rafal Castaño Campos, en Alcalá de Guadaíra. Actualmente se dedica exclusivamente a la pintura, siguiendo la tradición paisajística alcalareña. Su extensa producción ya forma parte del patrimonio de varias parroquias alcalareñas.
